Noches calcinadas
por el fuego de la vida,
rozan eclipses
y despojan sinfonías.
Murmuran los campos
detrás de las vías
discursos lustrosos
de existencias vacías.
Y llegan cautelosas
las musas del viento
trayendo en sus manos
melodías de esperanza
que abrazan mis días.
B.E.N.
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