En el inconsciente colectivo,
se pierden los años vividos,
el sol que ha entibiado
los sueños apasionados
y las horas de desvelo,
que han anunciado el olvido.
Y cuando el paisaje invernal,
entra por la ventana,
se trasluce el sentimiento,
de haber dejado atrás,
el recuerdo de las almas.
Mas... el destello incesante
del amor que no descansa,
permite que galope el corazón
en busca de nuevas miradas.
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